Hay experiencias que nos obligan a movernos, nos sacuden, transforman, conmocionan y resignifican.

Una obra sobre el presente, sobre la vida y sobre nosotros.

Algo tan simple y tan complejo.

Una obra sobre el teatro como acto vivo, único y presente.

Porque no hay ficción más real que la escena compartida.

 

Para nosotros – La Carnicerì- la actuación es una necesidad, necesidad de encuentro y de juego. De  encuentro con nosotros, con nuestros compañeros de vida y con los espectadores que comparten la experiencia teatral.

 

Creemos en la actuación como una forma de expresión creativa y de opinión. Opinar poniendo el cuerpo, la voz, el pensamiento y el alma. El camino de la creación nos obliga a tomar distancia para observarnos a nosotros mismos, observar a quienes nos rodean y al lugar en el que vivimos y en el que nos movemos. La creación colectiva resulta, de este modo, una forma de proyectar nuestros sueños, nuestros miedos y nuestros placeres hacia la realidad que nos interpela permanentemente. Partiendo de lo más simple y complejo a la vez: el estar en relación con otros y con uno mismo, el vincularse con lo permanente y con lo nuevo, y el inevitable conflicto que se produce en el encuentro.

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Experimentar con la realidad y la ficción realista explorando sus límites. Experimentar con nuestras propias vidas. Experimentar con otras formas de opinar, hacer y decir en el arte. Experimentar con la cotidianeidad controlable y con lo que irrumpe y no podemos controlar. Experimentar con el juego y la diversión. Con la magia y lo que nos trasciende. Con lo que creemos y con lo que no creemos.

 

Experimentar, jugar, crear con el fin de comulgar en un acto de encuentro, eso es (para nosotros) hacer teatro, y desde allí nace esta obra.